lunes, 11 de octubre de 2010

Amada belleza de entonces

Creí volver a ti definitivamente 
y me encontré el camino cegado por el bosque. 
Antonio Colinas 

Y es que me agoto de soñarte idéntica a como eras,
la misma luz de entonces, el mismo pelo,
el mismo silencio alrededor de mis palabras.

Me agoto de pensarte todavía más bella, más perfecta,
tal vez sea esta nostalgia mía que dulcifica
el terrible pasar del tiempo. Yo no sé porqué lo hago.

Y enmudezco entre las sombras del pasado que exageran
el paisaje de ahora, con su callada intensidad
que habita en mi cuerpo solo.

Me agoto de iluminarte con un pensamiento apagado en ti,
luciérnaga de mis espacios, caprichosa belleza
que los dioses sembraron para su propio deleite.

Eras hermosa, eres todavía hermosa entre recuerdos,
casi más joven, como si el tiempo
hubiera resuelto entregarte,
secretamente,
eterna primavera.

Pero a menudo dejo de engañarme y comprendo
que estás muerta. Muerta para siempre en el tacto,
en el romper anhelante de los cuerpos, en el aroma,
muerta para siempre en el ahora. Muerta y perfecta
en mi memoria.

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