miércoles, 10 de noviembre de 2010

Al fin


Al fin vi la transparencia,
el gesto exacto, la mirada primera.
Al fin toqué el tacto preciso de la luz.
Las estrellas eran dentro, el sol, los instantes...
Dentro de un vacío de noche eterna.
Al fin toqué la noche del amor, el misterio
que daba lugar al amanecer de mis ojos.
La cama estaba vacía, llena de inmensidades
sin forma, llena de prefijos y arcanos
de cuerpos inacabados susurrando un comienzo.
Al fin sentí tu tacto, tu caricia, tu vendaval infinito
de amor. Al fin sentí tu noche en mi día sin hacerse,
en mi hueco preparado para el milagro.
Y entraste, me amaneciste con un suspiro,
con un abrazo de océano y de cielo sin confines,
y el corazón se postró silencioso y la ausencia
se tornó privilegio de tu llegada, dicha regalada
para nadie. Y al fin, vacío de mí, pude contenerte...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Éxtasis de silencio

El amor fue un gesto, señal cómplice que daba comienzo a un suspiro sin tiempo. Fue un instante, una caricia del viento, una mirada en...